11ª JORNADA. Moralo, 2 ; Plasencia, 3 .

Moralo: César Carrasco, Dani, Asiel, Jonathan, Toribio, Oliver, Pino, Rubén Loarte (Romi, 58'), Adri, Rulo (Gallardo, 58') y Tortu (Durán, 62').

Plasencia: David Mena, Baena, Albarrán, Manu, Berto, Javi Bravo, Pedro Gilarte, Deco (Mariano, 54'), Javi, Cuqui (Ángel Fulla, 80') y Luismi (Juanan, 92').

Árbitro: Aparicio Álvarez, de la delegación de Don Benito. Oscureció su buena labor equivocándose gravemente en la rigurosa expulsión a Asiel (56') por tarjeta roja directa. Además mostró cartulina amarilla al local Tortu y a los visitantes Manu y Pedro Gilarte.

Goles: 0-1 Cuqui (18'). 0-2 Javi (21'). 0-3 Luismi (25'). 1-3 Asiel (32'). 2-3 Romi (70').

Incidencias: Más de 300 espectadores en las gradas del Municipal de Navalmoral con notable y animosa presencia placentina en tarde-noche agradable. La segunda mitad se jugó con luz artificial. El entrenador local, Luis Quintas, cumplió el primero de los dos partidos de sanción con los que fue castigado la pasada jornada siguiendo el juego desde la grada, justo encima del banquillo que no pudo ocupar.

Comentario: El cuadro de Luis Quintas cosechó su primera derrota casera de la temporada y está obligado, mucho más que en anteriores jornadas, a romper su paupérrima racha de resultados fuera de casa el próximo encuentro. Y es que está a un solo punto de la zona de descenso directo ocupando la cuarta plaza por la cola. En su fortín, en el Municipal, sólo ha podido sacar un punto de seis posibles en las dos jornadas consecutivas que le ha tocado jugar y su situación en estos momentos es preocupante. El partido de la próxima jornada ha tomado un cariz dramático teniendo en cuenta que se mide a un Valdelacalzada con el que empata puntos, sin olvidar que además habrá enfrentamientos directos en la zona baja de la tabla. La victoria no sólo resultaría un alivio sino que serviría para recuperar algo el terreno perdido.

El partido frente a la UP Plasencia quedó marcado en los primeros veinticinco minutos, momento en el que el conjunto visitante marcó el 0-3 y pareció guardarse los tres puntos. Después el Moralo CP le echó casta y redujo distancias con una fe impecable aunque se quedó sin fuerzas y sin suerte para cumplir la hazaña. La rondó, incluso con un jugador menos sobre el campo, pero no remató la presión a la que sometió al rival ni tampoco dio su fruto el riesgo que asumió durante toda la segunda mitad. La escuadra del Jerte aprovechó mejor su momento, el que en cierta manera le brindó la del Arañuelo, y se llevó un encuentro ciertamente interesante y emocionante con el paso de los minutos.

Rubén Loarte fue el primero en poner a prueba a los porteros. David Mena, en dos tiempos, atajó un disparo desde la frontal del jugador local. Después llegó la debacle morala en siete minutos, instante en el que los placentinos sacudieron con fuerza para ensanchar distancias en el marcador. Una falta sobre el delantero placentino Luismi en el centro del campo sirvió para que él mismo sacara con rapidez a la posición del desmarcado Cuqui que, sin pensárselo y de un voleón dentro del área, mandó el cuero a la escuadra para el 0-1. Golazo en el primer disparo de la UPP entre los tres palos.

Al rato, sin asimilar el golpe, la zaga verde no fue capaz de despejar una contra y el pequeño Javi, más astuto que nadie, se hizo con la pelota para encarar a César Carrasco, regatearle y subir el 0-2 al marcador. Verlo para creerlo. En dos llegadas consecutivas los dirigidos por Tomás Ruiz habían encarrilado el envite. Pero no acabaron ahí los errores moralos ya que otra vez al siguiente acercamiento placentino el balón acabó en las redes. De nuevo por banda derecha, Javi rompió el fuera de juego con claridad, se plantó delante del guardameta y le regaló el 0-3 a Luismi que le acompañaba en la jugada. Era el minuto 25 y el choque se acabó.

Pero del mazazo en toda regla los de Navalmoral se recuperaron, algo, pronto. Con un sensacional cabezazo cruzado de Asiel a la salida de un córner botado por Oliver colocaron el 1-3 en el marcador. Pero es que pocos minutos después pudieron recuperarse del todo si Tortu, con toda la portería vacía para él, no hubiese rematado alto en boca de gol tras una magnífica jugada personal de Rubén Loarte por la izquierda.

Aún así al descanso se llegó después de una clara ocasión para la UPP que Toribio desbarató salvando bajo palos, con César Carrasco batido, un disparo de Luismi desde cerca.

En la reanudación el Moralo tomó el mando con riesgos en defensa en busca de la proeza. Tortu, a la salida de un córner, obligó al cancerbero David Mena a despejar otra vez a córner con una oportuna mano en la cruceta. El público local se entregó a su equipo y quiso llevarlo en volandas pero se encontró con una desacertada decisión del colegiado al expulsar a Asiel cuando forcejeó limpiamente con Luismi cuando éste se dirigía al área. La rigurosa y exagerada cartulina roja no mermó al equipo de Navalmoral sino que lo enrabietó más. Y eso que en los siguientes minutos César Carrasco despejó con ciertos apuros precisamente el saque de esa falta en la media luna y Cuqui cabeceó un pase desde la derecha que tocó ligeramente un palo.

Al rato, Romi, recogiendo un servicio de Oliver desde la frontal, echó pimienta al encuentro con un disparo duro por bajo que se convirtió en el 2-3. Restaban muchos minutos y el Moralo vio factible la remontada a pesar del despliegue físico que incluso le hacía vulnerable. El Plasencia se atrincheró bien atrás y aunque sufrió algunos apuros por las bandas de Adri y Romi, no se dejó sorprender para lograr su primer triunfo foráneo. Sólo un disparo de Adri que se perdió fuera por poco, en el descuento, fue la acción más clara para devolver las tablas al marcador. Y es que desde el segundo gol moralo, no hubo noticias de los visitantes en ataque.

Toca sufrir y les toca hacerlo a todos desde la humildad y la paciencia. Sigue habiendo mucho margen de mejora y en él se agarran todos los moralos para salir del laberinto en el que se han metido, principalmente por los puntos que se han quedado sin sumar mereciéndolos. Aún así, echar la vista hacia atrás no soluciona nada cuando el remedio está delante, en el futuro.