33ª JORNADA. Moralo, 0 ; Miajadas, 0 .

Moralo: César Carrasco, Dani, Fran Mancha, Asiel, Arellano, Pintado (Jonathan, 82'), Pino, Adri, Tortu (Romi, 54'), Rulo (Gallardo, 77') y Óscar.

Miajadas: Damián, Alex Jiménez, Charly, Jair, Checho, David Cendrero, Aguinaco (Chencho, 75'), Ramiro (Casablanca, 82'), Miguel Ángel, Rai y Joselu.

Árbitro: Gómez Navarrete, de la delegación de Almendralejo. Regular actuación, hizo demasiado uso del silbato. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Asiel, Tortu y al entrenador Rafa Rincón Rus; y a los visitantes Alex Jiménez, Charly, Ramiro y Rai.

Incidencias: Alrededor de 300 espectadores en las gradas del Municipal de Navalmoral en tarde calurosa. Césped en malas condiciones, muy irregular. El Miajadas cambió su habitual pantalón blanco por uno rojo para no coincidir con el del Moralo. Antes del pitido inicial se guardó un minuto de silencio en memoria de Felipe Sánchez, quien fuera jugador del club local en la década de 1980, y de la madre del ex-entrenador Lorenzo Sánchez Holguín.

Comentario: Lo más positivo de la semana de tres partidos para el Moralo han sido los siete puntos sobre nueve que ha logrado. Ha pasado de ocupar la 17ª posición, a un punto del descenso, a asentarse en la 12ª para distanciar por cuatro puntos el peligro. Es con lo que hay que quedarse cuando ahora al equipo le vendrán consecutivamente enfrentamientos con el quinto clasificado, Jerez; el campeón Arroyo, el tercero Don Benito y el cuarto Extremadura. Ahí es nada. Toda una prueba de fuego para el conjunto de Rafa Rincón Rus que apela al trabajo para sumar los puntos necesarios que le aseguren la permanencia antes de la última jornada.

Los verdes podrían haber afrontado con más tranquilidad, dentro de la incertidumbre por la igualdad que existe en la zona caliente de la clasificación, ese tramo complicado y espinoso si hubieran conseguido la victoria ante un Miajadas con los deberes hechos. Los moralos volvieron a vaciarse físicamente intentándolo pero fueron incapaces de superar a unos rivales bien plantados y con las ideas muy claras.

El cuadro tomatero, como el local, lo tuvo claro desde el principio tal como está el césped del Municipal. Uno y otro repitieron hasta la saciedad la misma jugada de enviar balones en largo a los delanteros para esperar generar algún lance peligroso en el área contrario. Y fueron precisamente los rojillos quienes controlaron mejor el juego en los primeros minutos de un partido que acabó siendo monótono.

El cancerbero César Carrasco tuvo que salir a los pies de Ramiro para despejar una acción clara para los miajadeños a la salida de un golpe franco lejano, que llegaron a reclamar tímidamente como penalti. Al rato, fue Rai en otra falta, ésta más cercana y lateral, quien rozó el gol con un lanzamiento ante la sorpresa de todos, sin pitar el árbitro, que se perdió desviado por poco.

El Moralo tardó en despertar aunque su estrategia era la misma que el adversario, aunque en las segundas jugadas no estuvo tan acertado. Eso sí, a balón parado también Rulo probó fortuna con un gran envío que botó en el área pequeña sin encontrar rematador y el cuero se marchó ligeramente por encima del travesaño.

El toma y daca continuó hasta la llegada del descanso, sin un aparente dominador de la pelota y sin ninguna oportunidad clara creada por jugada para haber movido el marcador. En el intermedio el mister local arengó a los suyos y lo cierto es que el equipo se activó desde el primer minuto de la segunda mitad.

Los de Navalmoral dieron una marcha más al juego aunque esta vez se le vio que le pudo más la responsabilidad o que ciertamente el esfuerzo de unos partidos exigentes el Jueves Santo y el domingo hicieron mella cuando más lo necesitaba para encontrar el camino del gol. Las prisas, el tesón y la garra no faltaron para adueñarse del partido en la recta final, aunque el Miajadas no se descolocó y tuvo algunas llegadas que encogió el corazón de los moralos. Miguel Ángel, Joselu y Chencho inquietaron a la desguarnecida defensa local pero no llegaron a obligar a César Carrasco a intervenir con todos sus sentidos.

El empuje del Moralo casi tuvo su premio en el último minuto del tiempo reglamentario, cuando Gallardo disparó desviado por poco dentro del área después de que Pino se deshiciera de dos contrarios cerca de la línea de fondo. Los verdes quisieron pero no pudieron ante el conformismo miajadeño pero se quedaron sin fuerzas para haber dado más ritmo al juego.

Ahora toca seguir en la misma línea de no dar un balón por perdido para que se refleje en los resultados que permita al equipo de Navalmoral ratificar su mejoría y asegurar la permanencia cuanto antes. El reto es complicado pero no imposible cuando justamente cumple por segunda vez esta campaña su mejor racha. La misma con la que inició Rus su nuevo periplo con el Moralo: diez puntos de doce posibles. A prolongarla, no queda otra.